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RADIO / BROADCAST

TENDENCIAS . El incierto futuro de la Radio Digital. Por Marcelo Contreras

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Hace 20 años, la digitalización era un punto invariable en la tabla de las reuniones anuales celebradas por la Asociación de Radiodifusores de Chile, ARCHI.

Tal como sucedía con la televisión digital, detenida por años hasta definir la norma a seguir -en 2009 el Gobierno se decidió por la opción japonesa ISDB-T Internacional-, se discutían sus características técnicas y los costos de transitar a un sistema que prometía, básicamente, más espacio en el dial para nuevos actores y una mejora notoria en la calidad del audio.

Adiós a las interferencias, el sonido contaminado, el chisporroteo, junto a mayores opciones temáticas y programáticas.

Para las tradicionales emisoras de amplitud modulada -la venerable AM-, el cambio significa una bendición que los nivela con la frecuencia modulada.

En aquellas citas de la ARCHI a comienzos del nuevo siglo, lo único medianamente claro era que el sistema sólo podría ser implementado dentro de una década. Así, la fecha se fue corriendo. En 2017, las últimas declaraciones sobre el tema emitidas por el presidente de ARCHI, Eduardo Martínez, reinciden en el margen de diez años para concretar el traspaso.

A un lustro de esa eventual fecha, un panorama donde, se supone, la banda radiofónica cambia a digital en Chile a contar de 2027, el directivo confirma la improbabilidad de cumplir el plazo.

“La proyección que uno ve es súper larga y se observa así por varias razones”, explica Martínez. “Primero, la norma técnica, que le corresponde a la subsecretaría de telecomunicaciones, no está definida”.

El segundo elemento resulta crucial según el directivo: el factor económico. “Hay que cambiar sistemas y transmisores, y eso hace que el coste por radio, pese a todo lo que ha avanzado la tecnología, siga siendo extremadamente caro para un radiodifusor normal”.

El máximo ejecutivo de ARCHI asegura que transformar una Radio analógica en una digital implica invertir entre 15 a 20 millones de pesos. “Si a eso le sumamos que no existe masificación de receptores digitales para poder escuchar la Radio de transmisión digital”, detalla Martínez, “hace aún más compleja la instancia”.

También cita la experiencia de Noruega, pioneros en digitalizar la Radio tradicional. Según su información, los resultados no son particularmente alentadores.

El directivo apunta otro aspecto central: qué relevancia tiene para la audiencia el cambio digital, considerando que “entre medio de estos años, apareció la transmisión de Radios vía online”.

Eduardo Martínez cuenta que ARCHI colabora con esa variable del servicio, “a través de financiar proveedores de streaming que hace que también las Radios AM y FM se equilibren desde el punto de vista que tienen la misma calidad de sonido, y solamente quedan marcadas por el contenido programático”.

En Noruega, los datos de audiencia de 2018 mostraron una caída bajo el 50% de la sintonización diaria, para recuperarse en 2019 hasta que en 2020 los porcentajes igualaron las cifras de radioescucha de 2016. Las audiencias juveniles y de tercera edad, que en un principio habían mermado, regresaron. El alcance diario de sintonización oscila entre 62 y 64%.

Por otro lado, las cinco grandes cadenas de cobertura nacional que abandonaron la FM, pasaron a ofertar un total de 32 emisoras gracias a la posibilidad de desarrollar más señales en un mismo espacio.

Dinamarca, inicialmente entusiasmada con cruzar hacia la digitalización de la Radio, observó el caso noruego y puso marcha atrás. Suecia fue más allá y estableció como fecha el año 2047 para la conversión, Inglaterra en 2032, en tanto Irlanda suprimió el formato DAB+ por pocos usuarios.

En Estados Unidos y México, donde se utiliza la norma IBOC (In-Band On-Channel), es posible suscribirse a la Radio digital sin renunciar a la banda FM. Suiza determinó en 2014 seguir el mismo camino de Noruega. La FM debiera apagarse en 2024 por un proceso lógico de traspaso. Hacia fines de 2020 tres cuartos del consumo radiofónico era digital.

 Fuente: Marcelo Contreras / La Tercera