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RADIO / BROADCAST

OPINIÓN . Radio: “¡Hey, quédate en la línea…!”. Escribe Horacio Barrios

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Cada medio de comunicación, por caso la Radio, debe tener una línea editorial que la identifique y que responda a su vez a una línea política que puede estar en consonancia con sus intereses comerciales.

Es parte constitutiva de la cultura de ese medio y recurso indispensable para su sustentabilidad social en un contexto altamente competitivo.

Mantenerse en la línea de la Radio significa permanecer dentro de lo que la Radio representa y de lo que proyecta hacia afuera, lo que ella es, es decir que el profesional que trabaja para la empresa Radiofónica, es la empresa misma, porque expresa sus valores e identidad política.

Cuando el profesional, cruza la línea, es decir, que va en contra de la identidad política mostrada por la Radio, produce un impacto en la audiencia y afecta la imagen pública del medio.

Es por eso que la emisora debe mantener un discurso unificado en sus mensajes y contenidos periodísticos, dentro y fuera de la misma.

En cuanto al impacto al que hacemos referencia, este puede provocar una migración de audiencias del segmento conducido por ese profesional, sea periodista o locutor, hacia otros medios que las identifiquen, generando a la larga un perjuicio comercial para la empresa, dañando su reputación y credibilidad.

En cuanto a quien cruzó la línea, también daña su propia reputación al no haber sido riguroso en la comunicación, chequeo y suministro de información a los oyentes y no haber contemplado los intereses de la emisora para la que trabaja, lo que es poco ético.

Pero, además puede enfrentar diversas consecuencias, tanto éticas como profesionales. Lo que se enmarca dentro de la deontología periodística, que establece normas y principios que deben guiar la práctica de esos profesionales.

La ruptura de la línea política puede afectar la relación del medio con su audiencia. Los oyentes pueden sentirse decepcionados o desinformados, lo que podría resultar en una pérdida de confianza y, eventualmente, de audiencia, más aún si la información suministrada oportunamente, está basada en falsedades e inexactitudes.

No obstante, la emisora puede tomar algunas medidas para evitar que su RRHH viole la identidad política que la caracteriza.

En principio, debe establecerse un código claro de ética y conducta dentro de la empresa/Radio.

Este debe comunicarse fehacientemente sin que queden dudas, pero, además establecer mediante ese código las expectativas y límites de los empleados en cuanto a la expresión de opiniones políticas sesgadas, sin sustento en información veraz.

Los directivos de la emisora, deben establecer procedimientos disciplinarios claros que se apliquen en caso de que un empleado viole o traspase la línea política. Esto, puede incluir advertencias, suspensiones o, en casos graves, el despido. Los empleados deben estar al tanto de estas consecuencias.

Al mismo tiempo debe fomentar iniciativas de respeto a la línea editorial, promoviendo la cultura organizacional que enfatice la importancia de respetar la ideología política del medio.

Es aquí donde entra una eficiente y necesaria comunicación interna.

Algo muy importante es monitorear permanentemente el contenido al aire para identificar y abordar rápidamente cualquier infracción y cruce de líneas.

¿Las líneas son siempre rígidas? Claro que no, son flexibles, por lo tanto, es menester mantener ciclos de formación dentro de la Radio ante cualquier ajuste o evolución de la línea política del medio.

Ahora bien, ¿Que sucede cuando una Radio proyecta una línea política confusa, O no la tiene?

Pueden registrarse casos de incoherencia en la programación general. Es decir que, sin una línea definida, la Radio puede carecer de consistencia en su dirección, contenidos que se contradicen y que envían mensajes poco claros a su audiencia.

Además, pueden observarse dificultades en la construcción de una identidad propia, lo que repercutirá en la confianza hacia la emisora por parte de su audiencia generando pérdida de credibilidad, prestigio y seriedad repercutiendo negativamente en sus intereses comerciales.

Esta falta de seriedad y profesionalismo puede dificultar a la Radio la generación de un proyecto comunicacional propio y creíble y con objetivos, identidad y valores distintivos.

Una Radio sin rumbo político claro tiene pocas posibilidades de prosperar a largo plazo.

Todo lo que se haga, debe ser resultado de una seria planificación estratégica, con objetivos concretos a corto, mediano y largo plazo.

Escribe Horacio Barrios, Periodista, Locutor, Productor, asesor e investigador independiente de Radio argentino, de extensa trayectoria en el medio, habiendo colaborado activamente con Radio Rivadavia, Radio Continental y Radio Nacional, ejerció en los Informativos de Radio 10, FM Mega, Radio del Plata, América 24 TV de Capital Federal, en LU9 Radio Mar del Plata, LU6 Emisora Atlántica y Canal 10 de la ciudad balnearia. Lleva escritos un centenar de artículos sobre la Radio, publicó varios libros sobre ese medio de comunicación, dio charlas en Universidades de Argentina y del exterior sobre Radio, y participó de trabajos colectivos de investigación junto a colegas de todo el continente Latinoamericano. Sus trabajos pueden encontrarse en www.academia.edu y en redes y plataformas como Linkedin, Instagram, Facebook y X

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