Medios
GLOBAL . La violencia digital contra periodistas pone en peligro la libre expresión
En esa línea, la Declaración Universal de los Derechos Humanos llama a garantizar la libertad de opinión y de expresión de las personas, el derecho a no ser atacadas por ello, y a investigar, recibir y emitir informaciones por cualquier medio de comunicación.
Unicef y los organismos internacionales de derechos humanos ven hoy con preocupación la escalada de violencia contra mujeres con voz pública.
Mujeres comprometidas, desde un activismo personal y colectivo, que a través de su labor periodística alertan sobre las problemáticas de género, diversidades, infancias, adolescencias y acciones que socavan la dignidad humana en todas sus formas.
En el marco de esta jornada, Unicef, junto al Fondo de Población de Naciones Unidas (Unfpa), ONU Mujeres, Unesco y Naciones Unidas Argentina, se unieron para advertir sobre la violencia de género hacia las mujeres con voz pública y frenar los discursos de odio que afectan el ejercicio de su labor.
Según una encuesta a nivel mundial realizada en el 2020 por la Unesco y el Centro Internacional para Periodistas (ICFJ), el 73% de las periodistas experimentaron violencia digital -discursos de odio; mensajes sexistas y misóginos; suplantación de identidad; hackeos-, incluyendo amenazas de violencia física y sexual.
Los ataques, sistemáticos y coordinados, si bien suceden en los entornos digitales, tienen consecuencias en el mundo real: la mayoría opta por omitir dar su opinión sobre determinados temas en redes; casi la mitad manifestó autocensura; sufrieron despidos; y, en los casos más extremos, optaron por el exilio o suspender su actividad por un tiempo (ONUMujeres y Alianza Regional por la libre expresión e información, 2022).
La violencia de género limita el ejercicio de los derechos de las mujeres, niñas, adolescentes y diversidades.
Los ataques contra mujeres con voz pública no son casos aislados: son consecuencia de normas estereotipadas de género que subordinan a las mujeres y buscan disciplinarlas y silenciarlas cuando señalan un sistema de privilegios que limita, violenta y mata. Si se las silencia, el debate público sufre la pérdida de voces y compromete la calidad de las democracias.
Este 7 de junio Unicef reafirma su compromiso por un periodismo libre de amenazas, de acoso y de todo tipo de violencias.
La pluralidad y la diversidad, la libertad de prensa, la seguridad para llevar a cabo la tarea periodística y el acceso a la información pública y de interés son condiciones necesarias para el pleno desarrollo de la democracia.
A la violencia y a los discursos de odio se los frena alzando la voz: no podemos ser testigos silenciosos.
Fuente: Natalia Calisti / La Nacion
Especialista en Comunicación de Unicef Argentina